sábado, 9 de enero de 2016

EL CULTO AL OSO



El Culto al Oso
En el libro “Cosmogonía de los pueblos de la Taiga y la Tundra “ , nos acercan a la figura del Oso. El oso es reverenciado por todos los pueblos de la Taiga, desde Escandinavia al Japón, desde Alaska hasta Quebec. Se le denomina el Señor del bosque, el Animal sabio y sagrado o el Viejo de zarpas pulidas. Se supone que el oso todo lo oye y todo lo comprende. Por eso, a la hora de cazarlo, se habla de manera alegórica y en voz baja. Y antes de matarlo dentro del guarida, le despiertan, por respeto... […]
Los rituales del culto del oso, como también de la fiesta especial que se le dedicaba, tenían una doble finalidad, en primer lugar, desligarse de la culpa por la muerte y, en segundo lugar, ofrecerle la posibilidad de resucitar. […]
Para facilitarle las cosas, los evenks disponían los huesos del animal en una plataforma especial, ordenados anatómicamente, mientras que los khantis los enterraban juntos en el bosque o los lanzaban a un lago. […]
Una vez que han matado al animal, los cazadores lo transportan fuera del bosque en una barca (en verano) o en un trineo (en invierno), y le dejan en el granero. Durante el recorrido, todos los que se encuentran con los cazadores se riegan los unos a los otros con agua; se trata de un antiguo ritual de purificación que ha acabado convirtiéndose en una diversión. Por la tarde, todos los habitantes del poblado son invitados a la Fiesta del Oso, llamada también el juego del oso. El lugar de honor se destina a la piel del animal, que conserva la cabeza y las patas. La colocan de manera que parezca que el animal está dormido y no muerto, con la cabeza sobre las patas. Delante del morro, siempre hay un obsequio, que puede ser vodka, pan o exquisiteces.
Dependiendo de si el animal es macho o hembra, la fiesta durará cinco noches (macho) o cuatro (hembra), de acuerdo con un cálculo sagrado, ligado a las representaciones del alma. Cada noche, la fiesta comienza con representaciones de leyendas o canciones sobre el origen del oso y su vida. En la fratria de Por, supuestamente descendiente de un oso y una mujer, se anticipa cada danza con una canción en la que los pretendidos descendientes del oso invocan su antepasado y le invitan a la fiesta para el éxito de la caza y el bienestar de la gente. […]
Antes de la última noche, que se considera la más importante y durante la cual se vuelven a recitar leyendas sobre el oso y se bailan las danzas de los antepasados de las tribus, algunos hombres hierven la carne del oso en un recipiente especial. El banquete colectivo tiene lugar esta última noche. No se pueden utilizar cuchillos ni cubiertos metálicos, únicamente unos bastones especiales que no rompan los huesos ni las articulaciones; la cabeza queda reservada a los hombres. Al acabar se entierran los huesos, los extraídos del cráneo se conservan en un lugar preeminente.”

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