miércoles, 6 de enero de 2016

GUIAS ESPIRITUALES

GUÍAS ESPIRITUALES
Podríamos empezar definiendo un poco el concepto, ¿qué es un guía espiritual? Son entidades que proceden de otros planos, y que nos ayudan y dan apoyo en nuestra vida. Alguien podría rebatir que también hay personas en este mundo que cumplen este papel, y es correcto, pero en este post vamos a tratar sobre aquellos que están fuera de nuestro plano. A grosso modo, podríamos decir que hay dos tipos básicos de guías espirituales: aquellos que recorren todo nuestro camino de vida con nosotros, y aquellos que nos ayudan puntualmente.
Bien, y una vez matizado esto… ¿cómo son? ¿de dónde vienen exactamente? ¿Por qué? Para poder responder todas estas preguntas el primer paso que tenéis que dar es aceptar que no estamos solos… Hay otras realidades ajenas a la nuestra (y algunas no tan ajenas), habitadas por diversas entidades (por llamarlas de alguna manera). En esos mundos podemos encontrarnos de todo: seres inteligentes con forma de animales, con forma alienígena, humanoides, etéreos… Algunas de estas entidades sólo interactuarán con nosotros si vamos a visitarles a su plano, pero otros en cambio están ligados a nosotros, este segundo caso, es el de nuestros guías. Lo cierto es que nunca he preguntado a ninguno de ellos por qué cuidan de nosotros, siempre he dado por supuesto que simplemente era su función, pero ahora que recapacito más profundamente me parece un concepto terriblemente simplista e infantil. Tal vez se lo pregunte la próxima vez que haga un viaje chamánico.
Según lo expuesto anteriormente ya os podéis imaginar que cada uno puede tener un guía muy diferente y particular. En chamanismo también se trabaja con los animales de poder. Para mi ellos también entrarían dentro del concepto de guías espirituales porque me ayudan muchísimo, y al menos en mi caso, debo reconocer que tengo una relación mucho más estrecha con ellos que con otras entidades con las que trabajo, es como si fueran algo más ligado a mi propio ser, como una especie de alter ego, aunque también tienen su propia vida y sus propias aventuras. En nuestros viajes por estos diversos mundos podemos ir entablando relaciones con diversas entidades y recurrir a ellas en momentos de duda o necesidad. Pero no vayáis a pensar que todo son siempre palabras amables y respuestas oraculares como en las películas. Los guías tienen su propia personalidad, su propia manera de ayudarnos e incluso sus propias responsabilidades, que hacen que no siempre que vayamos a verlos puedan dedicarnos su atención. Tienen carácter, y en más de una ocasión me he llevado una reprimenda (siempre desde un tono de respeto), o he tenido que volver a mi plano y cumplir una serie de “tareas” que me han pedido para así poder aprender alguna lección.
Seguro que llegado este punto más de uno pensará ¿Y cómo contacto yo con mis guías espirituales? Hay varias técnicas, es cuestión de encontrar aquella con la que somos más afines. En mi caso por ejemplo lo que mejor me funciona es el viaje chamánico: entrar en un estado alterado de conciencia a través del ritmo del tambor y dejar mi mente volar por esos otros planos. Hay personas que consiguen entrar en este estado a través de la meditación profunda, o por el contrario a través de bailes y danzas místicos. También hay quien tiene la capacidad de canalizar energéticamente los mensajes de estos guías a través de técnicas de desbloqueo del tercer ojo o el séptimo chakra. Básicamente estos son los métodos que conozco, lo que no quita por supesto que haya otros. El problema con los estados alterados de conciencia, bajo mi punto de vista, es que si buscamos información un poco más seria y nos dirigimos a artículos de neurología o psicología descubriremos que estos estados pueden ser fácilmente asociados a “alucinaciones”. La ciencia tiende a negar todas estas experiencias como reales y a catalogarnos como personas “desequilibradas”. Y aunque si bien es cierto que hay de todo, y que no todo es real, sí que invitaría a estas personas a tener alguna de estas experiencias de alteración de conciencia, estoy segura que más de una cambiaría de opinión…


No hay comentarios:

Publicar un comentario