sábado, 19 de noviembre de 2016

LA CALMA QUE ME COSTÓ MUCHAS TORMENTAS ENCONTRAR


Lo que tengo ahora es calma, y me costó muchas tormentas encontrarla

Lo que tengo ahora es calma, y me costó muchas tormentas encontrarla. Porque a veces, no basta con pasar de página o cambiar de libro, la auténtica sabiduría está en reinterpretar lo que ya está escrito y entender además que cuando hay calma en tu interior, la adversidad solo es parte del paisaje.
Todos hemos vivido momentos caóticos, días complicados y hasta etapas existenciales verdaderamente difíciles. A pesar de que la mente nos demande calma y sosiego, nuestro cerebro está inmerso en otro tipo de discurso. La activación neuroquímica propiciada por el estrés y la ansiedad nos aleja de ese punto de sutil equilibrio. Somos incapaces de encontrar esa sintonía con la cual, situarnos por encima de las presiones del entorno.
Hay un aspecto que conviene dejar claro. Cuando hablamos de calma no hablamos de rendición. La persona que opta por adquirir una actitud calmada y tranquila hacia las dificultades de la vida no se está “dejando llevar”. Al contrario, se trata de encontrar esa armonía interior donde los pensamientos, deseos y capacidades  logran actuar en congruencia y con sabiduría.

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